Desarrollar continuamente destrezas laborales es esencial para que las organizaciones y los trabajadores sigan siendo relevantes y competitivos, pero, mientras que el 80 por ciento de las empresas ofrece beneficios de perfeccionamiento profesional, solo el 51 por ciento de los empleados los aprovecha.
Según un informe de la Universidad DeVry titulado Closing the Activation Gap: Converting Potential to Performance by Upskilling the Workforce (Cerrar la brecha de la activación: convertir lo potencial en rendimiento con el perfeccionamiento profesional de la mano de obra), existen varios motivos al respecto. Del informe se extrae que los dos motivos principales son la falta de tiempo para continuar la formación y la diferencia de opiniones entre los trabajadores y las empresas respecto a las destrezas que deberían aprender.
Jeff Lowe, vicepresidente ejecutivo y director comercial de SMART Technologies, habla de la importancia de un alto rendimiento en el lugar de trabajo y de cómo los líderes deben priorizar el desarrollo y el crecimiento de los empleados para lograrlo.
«En el deporte, un plan de mejora del rendimiento (PIP) es un aspecto muy positivo. Cualquier deportista de alto rendimiento quiere formar parte de un plan de mejora del rendimiento. ¿Por qué no ocurre lo mismo en el mundo empresarial?», se pregunta Jeff.
Asimismo, Lauren Edwards, vicepresidente de Recursos Humanos de SMART Technologies, habla de la personalización de las experiencias de aprendizaje para los empleados.
«¿Obtienen experiencias de aprendizaje a diario? ¿Interactúan con personas que pueden ayudarlos ofreciéndoles asesoramiento? ¿Cómo participan en las conversaciones informales?».
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